19/03/2017
Esta tarjeta es el medio más usado para el pago por el transporte público en la ciudad y tiene esta pinta...
Un trozo de plástico flexible con una banda magnética en el que tienes que confiar cuando lo rellenas con dinero, cuando lo pasas por las canceladoras de metro o autobús, y cuando lo pasas por segunda (o tercera) vez cuando cambias de medio de transporte.
Yo he tenido problemas (muchos) con esta última opción. Normalmente, en las 2 horas siguientes al uso de la tarjeta, puedes cambiar de autobús a metro, o de metro a autobús, sin que te cobren un nuevo billete. Digo normalmente, porque este
transfer no siempre funciona.
Ahora no lo uso mucho, pero en mis viajes diarios a la Universidad en 2014, tenía que subir a un autobús y luego al metro a la ida y lo contrario a la vuelta. No había semana que, al pasar la tarjetita por segunda vez (dentro de las 2 horas de margen), no
me cobraran otro viaje en lugar de dármelo gratis. No sé si la culpa era de la tarjeta o de la máquina canceladora (en el caso de los autobuses, hay algunos que la tienen dentro del autobús y otros, como el que yo usaba, que está en la calle y hay que conseguir el ticket antes de subir), similar a esta...

Además de cobrarte cuando no deberían, hay problemas adicionales con estas máquinas:
1. Si el autobús llega al mismo tiempo que tú, es probable que
no te de tiempo (las máquinas son muy lentas y puede haber gente esperando) a pulsar el botón de inicio (botón totalmente innecesario, por otra parte), meter la tarjeta en la ranura y esperar a que te de el recibo (en los autobuses donde se cancela fuera, suele haber revisores a los que hay que enseñar este papelito, que sería innecesario si los revisores pudieran leer de la tarjeta la información).
2. Estas máquinas
sólo dan tickets. No se puede ver información de cuanto saldo te queda, ni cuánto tiempo te queda para que se consuman las 2 horas en las que no te deberían cobrar otro billete, ni se puede recargar la tarjeta en ellas... La verdad es que podrían tener más funciones con poco esfuerzo.
3.
No hay botón cancelar. Si te cobran dos veces, te aguantas. Bueno, hay una opción para quejarse que no he utilizado en ninguno de los pagos dobles que he sufrido, pero prometo hacerlo la próxima vez y contaros la experiencia. Se accede pulsando...
Aquí.
En cuanto a precios... es caro. En general, este tipo de transportes en ciudades donde se debería fomentar que la gente no vaya en coche (particular o taxi), que es mucho más contaminante, deberían estar mucho más subvencionados. Con los precios actuales, muchas veces sale más barato tomar un taxi y eso no se debería permitir.
Al margen de situaciones especiales de personas mayores o con algún tipo de discapacidad (que pagan la mitad), o de trenes o autobuses específicos, las tarifas son las siguientes (actualizado a las nuevas tarifas de
marzo de 2017):
Billete sencillo de metro o autobús local (posibilidad de cambiar de uno a otro en 2 horas sin coste adicional):
2.75 $ (precio sin MetroCard, por ejemplo si pagas en el autobús con moneditas, nada de billetes, y nada de devolver cambio...)
Usando la MetroCard, el billete sencillo sale más barato, ya que por cada 5.50 $ de recarga o más, te regalan un 5%, luego obtienes mínimo de 5.78 $ (la primera vez que compras la tarjeta, pagas 1.00 $, pero la puedes recargar una y otra vez y cuando caduca o se estropea, te dan otra sin coste, así que no merece la pena considerar este coste). Total, el viaje te sale un 5% más barato,
2.62 $
Billete para uso ilimitado durante 7 días:
32.00 $ (compensa si haces 13 viajes o más a la semana, está pensado sobre todo para turistas)
Billete para uso ilimitado por 30 días:
121.00 $ (compensa si haces 47 viajes o más al mes, viajeros frecuentes, vamos)
Vamos a comparar con Madrid. El billete sencillo te cuesta entre 1.50 € y 2.00 € (dependiendo de las estaciones), sin posibilidad de transferir entre metro y autobus al mismo coste. Entre esto y las fluctuaciones $/€, la comparación es casi imposible. Si imaginamos que nos movemos sólo en metro, más de 9 estaciones y usando el cambio de hoy (1.00 € = 1.08 $), Madrid es más barato en más de un 20%. Si tenemos que combinar autobús y metro, gana New York por goleada.
Pero, en Madrid tenemos el Bonobus, que hace que el viaje salga por 1.22 € (al cambio, 1.31 $), y eso significa que New York es el doble de caro (para viajes no combinados).
Y todo este rollo para decir que es
caro. Aunque en el metro de New York, por el mismo precio, puedes ver simpáticos animalitos (
ratas), moviéndose a sus anchas o pasar de un calor sofocante mientras esperas a un frío espantoso cuanto te metes en el vagón en verano. Pero eso, es otra historia...
Por cierto, más información (oficial, en inglés) sobre la MetroCard,
aquí.