
20/07/2014
Sé que esto va a molestar a más de uno, pero en general, no me gusta mucho cierto arte moderno. El MoMA es uno de los museos más famosos de New York, y hay que ir, pero me alegro de no haber tenido que pagar la entrada...
Entre pinturas y esculturas se mezclan obras interesantes y otras que no me dicen nada. Bueno, sí, lo que me dicen es que no hay nada como hacerse famoso para dedicarse al arte moderno y hacer obras como churros, compuestas básicamente por pinceladas sueltas (por ejemplo Untitled XIX (1977) de Willem de Kooning), figuras geométricas de colores básicos (por ejemplo la serie Large Check (1987) de Sherrie Levine) o partes de un colchón de muelles (por ejemplo Disgusting Mattress (2012), de Carol Bove). Y no tengo nada en contra de Picasso o Miró. Son grandes pintores y podían hacer cuadros realistas maravillosos siendo niños. Pero de adultos empezaron a pintar algunos cuadros como pintan la mayoría de los niños (yo haría lo mismo, los cuadros se hacen mucho más rápido y te los compran igual...) y esa ironía artística me resulta un poco tramposa.
La gota que colma el vaso es el cuadro llamado Twin, que un tal Robert Ryman "pintó" allá por 1965... y que seguro que vale una millonada. Pero la verdad, yo este cuadro no lo cuelgo en mi salón...
¿Veis los matices del blanco? Yo no.
Me pasa como en la obra de teatro "Art", de Yasmina Reza.
Una pieza mucho más interesante para mi salón (que de hecho tengo en mi salón) es una obra titulada Autorretrato, de una tal Eva García. Me encanta, y es arte moderno, para que veáis que no lo rechazo en su conjunto...
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